JOSE ROUMALDO DE SILVA Y ARRECHEDERA Primer médico Afrodescendiente Calaboceño, Por: Dr. Luis Leal Blanco


Si bien es cierto, que Calabozo es la cuna de los estudios médicos en Guárico, no es menos cierto que el primer protomédico Calaboceño fuera un negro y esclavo, nacido en Calabozo en el siglo XVIII, que fue liberado por su ama: dona Luisa de Arrechedera en 1780, posiblemente por sus grandes virtudes de curioso/curandero. Me refiero a José Roumaldo de Silva y Arrechedera a quien el protomedicato le otorgó en el mes de agosto de 1789 la Licencia para ejercer COMO MÉDICO; gracias a sus virtudes humanas y capacidades intelectuales, siendo este un ejemplo que debería aparecer reseñado en los textos de la medicina regional y nacional. Pues si bien es cierto que le era dificultoso a un  pardo libre obtener la licencia para ejercer legalmente la medicina, mayor tuvo que ser para Da Silva en su condición de esclavo. Roumaldo, ejerció la medicina en Calabozo desde mediados del año 1787, demostrando sus dones de genialidad, acierto y humildad con sus enfermos a quienes trataba con cariño y piedad; particularmente a los pobres, a quienes visitaba en sus casas sin    interés alguno, suministrándole los medicamentos y los alimentos, sin haberse oído jamás, que alguno se le haya muerto sin la debida confesión.
Fue el año 1791 cuando tuvo lugar un juicio que llegó hasta la Real Audiencia, donde fue acusado por Francisco Javier Ortega y Noriega, Regidor del Cabildo, quien lo acusaba de ejercicio ilegal de la medicina y que por su impericia le causó la muerte a varias personas, entre ellas a una esclava suya, cuyo valor reclamaba. En el proceso del juicio, deponen a favor de Roumaldo una parte del cabildo, el Vicario don Juan Leal; el subdelegado de la Real Hacienda don Carlos del pozo; el Alcalde Ordinario don Rafael Villamediana; el escribano Demetrio Montiel; el Pbro. Diego Pasquier de la iglesia Santísima Trinidad y el Pbro. Jorge A. García, cura de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles. Todas estas personas certifican el acierto con que De Silva estaba ejerciendo la medicina en Calabozo desde fines del año 87, en una forma afable-humilde, razón por la cual merece que lo atiendan y favorezcan con el mismo cariño, trato y piedad con que él atiende a sus enfermos.
En la defensa de Roumaldo ante la Real Audiencia, su abogado hace importantes alegatos sobre lo dificultoso del ejercicio de la medicina en el interior del país, por lo que sería justicia unirnos al reconocimientos que los representantes legítimos de Calabozo rindieron a la legitimidad, pericia y capacidad de       Roumaldo, autorizada por el Protomedicato y avalada con el pase y recibimiento del Cabildo como médico; los que fueron ratificados con la Resolución de la Real Audiencia al fallar a favor del galeno, sentenciando al Regidor don     Francisco J. Gutiérrez y Noriega a que satisfaga a Roumaldo con los setenta y tres pesos… que le adeudaba por sus servicios médicos.

Este juicio nos permitió aceptar la necesidad obligatoria de reconocer a los curiosos/curanderos en nuestras ciudades por la escasez de médicos en todo el territorio venezolano, ya que sin la atención de estos virtuosos y autodidactas curanderos, nuestros enfermos morirían amengua, sin ningún tipo de atención.   

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