José Antonio Páez: sus vivencias en Calabozo, y su relación con la familia Leal, Por: Dr. Luis Enrique Leal Blanco

Ponencia presentado por el Dr. Luis Enrique Leal Blanco, en el XI, Encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela, Calabozo, Septiembre de 2017.

José Antonio Páez: sus vivencias en Calabozo, y su relación con la familia Leal

Calabozo ha sido cuna de nacimiento y anfitrión  de grandes personajes de nuestra historia presente y pasada. Me refiero en esta ocasión al General José Antonio Páez en sus 247 años de su nacimiento. Que convivió con nosotros en cortos periodos  de tiempo entre el Rastro  y Calabozo quizás por ser dueño del Hato  San Pablo ubicado en la población del Rastro se le conoce también como: “El Catire Páez”, “El Centauro del Llano”, “El León de Payara” o simplemente el Taita. Nació en Curpa Provincia de Barinas hoy estado Portuguesa el 13 de junio de 1790 y murió en Nueva York el 6 de marzo de 1873, sus padres de origen Canario Juan Victorio Páez, y María Violante Herrera natural de Quibor (Edo. Lara) fue prócer de la independencia de Venezuela triunfador de grandes Batallas que lo hicieron inmortal al grito de “Vuelvan Caras” en las Queseras del Medio, la de Mucuritas, el Yagual, Guasdualisto y Carabobo entre otras. Fue General Jefe del Ejército Nacional y Comandante Militar del Departamento de Venezuela investidura otorgada por Simón Bolívar antes de partir a Bogotá asumir las riendas de la República de Colombia. Este cargo implicaba la responsabilidad civil y militar de Venezuela y fue presidente de Venezuela en tres ocasiones.
En 1.830 liderizo el movimiento separatista conocido como la “Cosiata” el cual separo a Venezuela de la Gran Colombia, convirtiéndose en una república autónoma libre y democrática liderizada por Páez, que junto con un grupo de personas que al decir del historiador Elias Pino Iturrieta Los “Notables”  eran conocedores de la historia nacional, de su situación social, política y económica de un país en crisis  post guerra, y que por lo tanto tenían la obligación de impulsar, la agricultura, el comercio, las artes, oficio, este grupo era portador de un pensamiento moderno y económico que defendían por ejemplo el establecimiento de bancos para otorgar préstamos a los agricultores, comerciantes lo cual daría mayor productividad y desarrollo a la pobreza en la cual se encontraba  el país. Entre los integrantes de este grupo fueron: Miguel Peña, Ángel Quintero, Santos Michelena, Fermín Toro, Antonio Leocadio Guzmán.
En 1830, se estableció entre otros principios la división de los poderes públicos y el régimen electoral, con plena autonomía y respecto entre ellos inclusive en los contextos de intenso debate político.
En 1835, culmina la primera presidencia de Páez. El considera que el mejor candidato para sustituirlo es el General Carlos Soublette; a quien apoya, pero los soldados y militares independentistas apoyan a Santiago Mariño, mientras que la sociedad de amigos del país los “Notables” y la Universidad Central de Venezuela proponen al Dr.  José María Vargas, quien resulto electo. Sin embargo a los siete meses fue objeto de un golpe de estado al que llamaron “La Revolución de las Reformas” protagonizado por los generales: Mariño, Monagas, Carujo, ante tal situación y a pesar de que este no era el candidato de Páez, actúa para el restablecimiento del orden constitucional demostrando de esta manera sus principios civilistas y democráticos para restituir a Vargas en la presidencia y de esta manera   contribuir al restablecimiento de una República Moderna, liberal en un país signado por el caudillismo y militarismo.
Igualmente el centauro del llano tuvo las mismas actuaciones a raíz del asalto al congreso el 24 de enero de 1848 cuando las turbas armadas enardecidas comandadas por Blas Bruzual legitimo representante del régimen nepostico de José Tadeo Monagas que penetraron en las instalaciones del congreso hiriendo con una bayoneta a Santo Michelena quien muriera dos meses después y asesinaron a los diputados Francisco Argote, José A. Salas y Juan García. El calaboceño Miguel Palacio Fajardo y otros lograron escapar.
A todas estas Páez se encuentra en su hacienda San Pablo en el Rastro y al enterarse de los sucesos ocurridos. El 26 de enero lanza una “Proclama” en la cual protesta contra “El horroroso crimen del congreso” se alza en armas contra Monagas recibiendo apoyo  de una gran cantidad de jóvenes calaboceños: Miguel Goicochea, José J. García, José R. Bermúdez, Antonio M. Cousin, Francisco  Mier y Teran, Pedro Lazo, Pedro Sanoja.
El Concejo Municipal de Calabozo que presidia Pedro Juan  Mujica desconoce a Monagas y se une a Páez organiza una revuelta y el Capitán Luis Viso la Caballería a la cual se une Hermenogildo  Mujica, Fernando Domínguez, Domingo Polanco, Paulo Camacho, Luciano Hurtado entre otros. Apoyado por las provincias de Mérida, Trujillo, Zulia. Esta revuelta fue derrotada en marzo en el Banco de los Araguatos. Es así pues, que Páez entre el Rastro y Calabozo demostró sus principios civilistas y democráticos en defensa de la constitución y la república.
De manera pues, que Páez siempre tuvo el respaldo de la gente de Calabozo, así lo expresa Adolfo Rodríguez en su libro Calabozo Siglo XIX (2004) describe: en las pág. 158,159, 160 al 169 “Bolívar y Páez liberan la Batalla de Calabozo el 12 de Febrero de 1818” (pág. 51). Por otra parte el citado autor refiere que: “El Primero de Enero de 1830”, los habitantes de Calabozo proclaman a Páez como jefe… de estos departamentos y le piden que mantengan el orden público y todas las ramas de la administración, mientras se instala la convención (pág 168). “1839Páez crea el Colegio Nacional de Calabozo”. En diciembre de 1860 un grupo de calaboceño integrado por el Doctor José Eugenio Domínguez y los señores Ramón Viso, Pedro Ramón Delgado, se dirigen al presidente con una exhortación para que designe a Páez  General en Jefe del Ejercito (pág 162).
1861 Páez considerando que el estrago cometido por los asaltantes  y robo de ganado existente en la región de los llanos decretó la Ley de Abigeato según J.A. Armas Chitty (1978) Historia del Guárico (1807-1974) pág 204.
1860 la población de Calabozo con más de 200 firmas apoyados por las familias Mier y Teran, Los Camachos, Los Palacios, Los Cousin, Los Ascanios, Sanojo, Los Visos, Los Viana, entre otros.
Exhortando el regreso de Páez al servicio de la república (pág. 165-166). De manera pues que el pueblo de Calabozo siempre demostró su apoyo incondicional al centauro del llano el cual convivió con nosotros en reiteradas ocasiones y tenía como residencia la casa ubicada en la Calle 4  cruce con Carrera 15 “La Casa Juana María”.
A principio de los años 50 del siglo XIX la casa que está ubicada  en la Calle 3 cruce con Carrera 10 hoy día “Liceo Bernoulli” esta casa es comprada  por el General José Antonio Páez bajo estricta confiabilidad a la familia Hurtado  Mendoza para obsequiársela  a su hija Victoria.
Posteriormente Victoria Hernández contrae nupcias con Leocadio Leal (1814). Victoria Hernández de Leal, se la dono a su hijo Silverio Leal Hernández y este se la sede a su hijo Félix Pilar Leal Olivero en el año 1.916 abuelo del Doctor Luis Leal Blanco. Según archivos que reposan en la biblioteca del investigador calaboceño Prof. Amalivac Viana.
 Según el Historiador Miguel Hurtado Leña, historia de Venezuela (2009) pública Páez el inculto: A pesar de la creencia de muchos  de que Páez era un hombre inculto; cierto datos de su vida reflejan otra realidad. Páez aprendió Francés y tradujo  al español la máxima de Napoleón, también hablaba ingles e italiano. Además amaba la opera y el mismo se atrevía  a cantar y tocar violincelo para sus amigos inclusive compuso algunas partituras de música culta. Es notorio  para la época que en 1.869 se público en Nueva York una extensa obra en 2 tomos llamada autobiografía del General José Antonio Páez.







José Antonio Páez desde el punto de vista medico

El general Páez padecía de ataque de epilepsia a lo que él llamaba ataque de emoción. Otros hipócritas la denominaban enfermedad sagrada.
El general Páez padecía de ataque epilépticos cuando se excita su sistema nervioso y entonces sus soldados lo sujetaban durante el combate o inmediatamente después de él. Estos ataques eran tan fuertes que caía del caballo el cual estaba tan entrenado que se paraba cuando sentía que el jinete se había caído. El hombre quedaba tendido en el suelo hasta que era atendido por sus soldados el único medio de recuperarlo era bañarlo con agua fría o sumergirlo en la misma sacudiéndolo al mismo tiempo. Estos ataques lo pusieron en peligro en muchas ocasiones pues el enemigo ha pasado muchas veces sobre el antes de ser asistido por su gente. Después de estos ataques quedaba muy mal por unos días. Páez era tan fuerte que muchas veces se sobreponía al ataque de epilepsia, en una ocasión  padeciendo un ataque botando espuma por la boca se mantenía sobre el caballo con una lanza de dos metros en la mano atacando furiosamente al enemigo. Quien no le iba a tener miedo a ese general, que en honor a la verdad, debió parecer un animal rabioso.
Refiere Páez en su “autobiografía” que al principio de cada combate cuando escuchaba los primeros tiros se apoderaba de su cuerpo una violenta excitación nerviosa que le estimulaba  lanzarse sobre el enemigo para recibir los primeros golpes lo que hubiera hecho, siempre si sus compañeros no lo hubieran impedido.
En el combate de Chiere (1.817) uno de sus soldados encontró una tragavenada la cual pincho en la cabeza con la lanza “Aquí está mi jefe, el primer enemigo aprisionado” lo que le produce  una crisis epiléptica pero al escuchar los primeros tiros se monto en el caballo al combate.- y después  de la victoria queda sonámbulo en el campo de batalla “Buscando Enemigos”.
En el Yagual sufrió otro de tantas crisis, fue atendido por Urdaneta que lo único que encontró fue barro y se lo aplico a los minutos Páez estaba en combate.
Durante su estancia en Nueva York asistió a los 80 años a una exhibición  de “Boas” en el Museo Barnum se siente indispuesto y se retira, a la hora las convulsiones eran tan alarmantes que el Dr. “Beales” celebré médico de Nueva York lo atiende. Páez le dijo que se sentía muchas serpientes en su cuerpo que lo estrangulaban a lo que le sometieron con masajes y le hablo Páez quien soy, el Dr. Beales mi mejor amigo pues le aseguro que no tiene ninguna serpiente en su cuerpo a lo que mejora.
En una oportunidad estando reunidos en Maracay Páez, Soublette y Piñango, Soublette consulta a Páez General, hay algo en la vida que le haya infundido a usted, miedo, temor, espanto. A lo que respondió. No miedo, si no que me aterroriza y temo a la culebra. Piñango consulta a Soublette y usted general a que le tiene miedo, yo no le temo a la culebra pero si al toro. Piñango refiere no le tengo miedo a la culebra ni al toro pero si a las seguidillas del poeta Arvelo.
            Lo ocurrido en la Batalla de Carabobo
            A raíz de la Batalla que aseguro nuestra definitiva independencia de España y en la cual el propio Libertador le confirió a Páez el rango de “General en Jefe”. El ataque de epilepsia lo sorprendió cayendo del caballo sin sentido, rodeado de enemigo pero el Comandante Antonio Martínez de la Caballería de Morales, Calaboceño tomo las riendas del caballo y montando a este a un teniente de los patriotas llamado Alejandro Salazar Guadalupe, ambos se pusieron a salvo.
Al concluir la Batalla de Carabobo, Páez y Bolívar protagonizaron un dialogo memorable Páez: General Bolívar cual es la mejor lanza del llano.- Zaraza. Y la primera lanza de Venezuela.- Monagas. Molesto Páez grito entonces quien carajo soy yo.- la primera lanza del mundo.

Páez durante su convivencia en Calabozo

Según Jesus Loreto Loreto, en su libro Lugares y Gente de mi Pueblo año (1968) (Pág. 192-193)
Casa Nº 25, donde funciona actualmente el Centro Comercial Doña Ada; cito: Lugar del honorable Caballero Don Silverio Leal, fue esta vieja casa que ocupara en unión de sus hermanas Feliciana, Irene y Cruz María. Nietos del General José Antonio Páez, fue este calaboceño corpulento de blanco cabello y de aspecto bonachón, que en su negocio de pulpería atendió sus clientes con dignidad y gentileza que tuvo Blazon. Su madre, la catira Doña Victoria Hernández a quien llamaba la reina, por su belleza y su don aire. Fue hija del gran guerrero que se hizo inmortal al grito de Vuelvan Cara.

Loreto Loreto (ob.cit.) pág.90-Casa Nº 40, propiedad actualmente del empresario Italiano Corrado Geraldini, en la Calle 4 con Carrera 9. Cita: “Don Silverio Leal que tuvo pulpería en esta vieja casa dícese que este hombre bonachón fue nieto del General José Antonio Páez, le conocí muy anciano ya, era corpulento y de blanca cabellera, le gustaba jugar con los niños y fue de aquellos hombres cuya bondad y grandes principios lo hicieron merecedor de respeto y admiración.

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